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Hay que seguir generando contenido de calidad y por ello os mostramos la segunda entrega del Aserradero Hidráulico de Aldea del Pinar (Burgos - España).
Este aserradero forma parte del patrimonio etnográfico mundial y vaya esta pequeña historia para mostraros el mismo, aunque sea de manera virtual. Cumple con las especificaciones de una Aceña o tal y como cuenta http://www.romangordo.info. La palabra aceña es árabe, significa rueda hidráulica y se aplica el nombre de a los molinos hidráulicos dotados de una rueda o turbina vertical
En los días que duró
la exposición de mi colección de hachas, sierra y motosierras en Covaleda (Soria - España) durante el mes de abril de 2012, recordaba la historia que me comentaba Julio (buen amigo y conocedor
de la zona), cuando me enseñó el lugar que ocupaba el aserradero de pata o
hidráulico, que estuvo presente durante siglos en el río Duero, aunque de él, sólo
se podía reconocer actualmente, parte del cauce molinar y de las estructuras de
asiento del mismo.
Rebuscando en la red, encontré casi sin
querer que una de las pocas sierras hidráulicas existentes en el mundo y que
conservan gran parte de sus maquinarias y estructuras de antaño, se encontraba
cerquita de casa, en la localidad de Aldea del Pinar (Burgos - España). Este molino ya figuraba
inscrito ya en el Catastro de Ensenada en el año 1753, lo cual le confiere una
antigüedad ya contrastada.
Este Catastro se realizó bajo el reinado
de Fernando VI entre los años 1750 y 1756, por Zenón de
Somodevilla y Bengoechea primer marques de la Ensenada, y en él se recopilaron datos
de todos los municipios de la Corona, con expresión de número de habitantes, muebles,
inmuebles, ganado, tierras, producción, industrias, etc.
Accediendo al Catastro de Ensenada Virtual, en la
hoja número 94 correspondiente a la Aldea del Pinar y perteneciente al
municipio de Hontoria del Pinar (Burgos) se puede leer que el veinticinco de
enero de mil setecientos cincuenta y tres, ante el señor D. Francisco Raphael
de Angulo y Obregón, corregidor de esa Villa, fue "catastrado" este viejo molino.
En la página número 101 y en la dezima
séptima pregunta dice:
Dixeron que del común de esta
Villa y de dos aldeas pertenecen dos molinos.
Uno sobre el Río de la Aldea quella mano al somero el qual viene
una presa y muele seis meses.
Cuando se utiliza, diezy seis fanegas de trigo que balen ciento
noventa y dos reales y el otro tamvien sito en dicho Río, nombran el vaxero y
tamvien tiene una muela que rinde las propias.
Cantidad igualmente perteneze a Pedro Gallego Rexas? y Cosme Gomez
Lorenzo, vezinos de esta Villa.
Otro molino sito sobre el Río Moyuelo el cual tiene una muela y
una sierra que quando exige, èstas no muelen, aquellas y ambas lo hazen, quatro
meses, cuia utilidad estiman en quatrozientos y treinta reales a el año, sin
que esta xiurisdizion haia mas artefactios de los que comprehende lapregunta.
Que los tres expresados y los otros dos molinos que van declarados
en la operación de el Lugar de la Aldea.
Y ahí nos
quedamos….. ¿Que relación había entre el molino y el
antiguo aserradero?????
Tras unas gestiones con Raúl Peñaranda, Hontoriano de pro y creador y difusor de contenido en toda la zona de Pinares de Burgos, me puse en contacto con Marcelo el dueño actual del molino y quedamos una
extraordinaria mañana de enero para hacerle una visita.
Lo primero al llegar, fue la vista del
pueblo desde el "río" La Beceda.
Hacía muchos años que no transitaba por allí, y
la sensación fue extraordinaria.
Ya llegados al molino, la construcción en
piedra y madera se extendía en una verde pradera vallada con muro; hasta las
vacas que pastaban en los alrededores hacía la visita mucho mas apetecible.
Poco después llego Marcelo. Una gran
persona sin duda, ya que desde el primer momento, me abrió las puertas de su
casa siendo un completo extraño. Estuvimos un rato hablando sobre el
molino y el me comentaba que hace más de 150 años en la parte de abajo de la
actual presa, hubo en sus tiempos un aserradero de pata, del cual en la actualidad no quedan más que parte de los cimientos que fueron aprovechados en la construcción de una cisterna de reserva, o bien directamente estuvo montado sobre la misma.
Como estos aserraderos se colocaban directamente sobre el cauce del río y de él lamentablemente no podemos documentar nada, la historia se nos queda un poco coja, pero... que le vamos a hacer!
A pesar de ello la
mañana se presentaba muy interesante, porque aunque "este incunable" de los
aserraderos, no estaba en pie, si lo estaba su heredero, un buen conjunto de
herramientas del siglo XIX.
Hacia 1880 Felipe Rupérez (bisabuelo de Marcelo), había instalado el aserradero tal y como se
encuentra ahora, con la excepción de que entonces disponía de una máquina de
vapor del tipo Locomóvil para las épocas de estiaje. Para su funcionamiento utilizaba como combustible, los
recortes y residuos obtenidos del trabajo diario y fue sustituida hacia 1950 por un motor diesel.
En la planta inferior accedimos al espacio ocupado por el aserradero -el cual-, se encuentra dividido en dos por un muro de reciente construcción, que vino a reforzar las viejas estructuras, aparte de crear
una pequeña sala de carpintería.
Esta sala se encuentra presidida por una
antigua sierra de volantes de pequeño tamaño y de unos dos metros de altura, en
la que se puede leer perfectamente el nombre del fabricante Guilliet &
Fills de Auxerre (Francia) y Junto a esta vieja máquina, un antiguo gato de madera y varias hachas (hacha serrana de doble filo, hacho y hacha).
Estos nombres se denominan a las
herramientas para el corte de madera imperantes en la zona: El hacha serrana de doble filo (uno mas
pequeño que el otro) se utilizaba en la tala y posteriormente en el
descortezado del tronco, El Hacho de gran tamaño y de peso entre 1000 y 3000
gramos para "tumbar" los árboles, Y las hachas, de menos de 1000
gramos cuya finalidad era la de la limpieza del árbol caído y para hacer
astillas de uso doméstico.
Salimos de esta estancia y pasamos al aserradero propiamente dicho, presidido por el enorme rodezno que impulsa toda la maquinaria.
Comprado en Segovia a finales del siglo
XIX, por Felipe Rupérez (bisabuelo de Marcelo), en los soportes del carro y
anclados al suelo se puede leer la marca del fabricante "Nuevo Vulcano".
Estos talleres abrieron sus puertas en 1834 en Barcelona como fundición, hacia 1840 fabricaron máquinas de vapor y en 1852 inicia su actividad en el sector
náutico. Fue una de las empresas que mas tiempo mantuvo su actividad en Cataluña. Entre sus logros destaca la fabricación
en 1859 del submarino Ictíneo, por Isaac Peral de los que se hicieron dos
modelos, uno impulsado con manivelas por los marineros que viajaban en su
interior, y otro con un motor a vapor que permitía navegar sin dar a manivelas
pero solo en cuando este se encontraba en la superficie.
El resto de la maquinaria se compone del carro, la sierra de volantes, las transmisiones y el rodezno.
Tanto el carro como la sierra de volantes tiene
gran similitud con una máquina de este tipo, fabricada por la francesa Guilliet
& Fills de Auxerre (Francia), si bien no se puede asegurar que todas la
piezas pertenezcan a la misma.
Marcelo nos comenta que los volantes
originales de la sierra son los que adornan la entrada del molino, constando en ellos la
marca del fabricante: MONEO HIJO Y CIA.
Esta compañía salmantina inició su
actividad en 1880, heredando una tradición de fundidores que venía desde 1750,
aunque su época dorada llegó a partir de la segunda mitad del siglo XIX, como
consecuencia de la fabricación de piezas para el ferrocarril y mediante la
absorción de la fundición del valenciano Vicente Maculet, que en 1876 vendió
parte de sus instalaciones a Anselmo Pérez Moneo.
La columna de la sierra o conocida como
"mazo", es obviamente práctica y peculiar: Un muro de hormigón con
forma de columna de sierra que sostiene tanto el volante superior como, una de
las jácenas del segundo piso, sobre las que se encuentra el molino harinero.
Esta columna junto con el solado actual y los soportes del rodezno, fue
construida sobre 1950, sustituyendo al mazo original de madera.
La restauración de 1950 debió de ser compleja y complicada
puesto que hubo que desmontar por entero el aserradero para hormigonar el
suelo, y construir el nuevo socaz y las columnas, todo ello con cuidado de
apear las grandes jácenas que sujetan el molino harinero superior y…. sin que
se cayera nada.
Marcelo nos explica que donde ahora hay
un muro que separa la cocina de la casa del aserradero, anteriormente había una
puerta por la que se entraban los troncos mas largos para ser transformados en
grandes vigas. ¡Vamos!...... todo un espectáculo; la señora de la casa haciendo la comida y el trabajador abriendo las puertas y pasando una viga por el medio de la cocina.
Todas esta maquinaria se movía gracias a la fuerza del agua transmitida por la gran noria de madera y hierro o rodezno de cuatro metros de diámetro.
Este
rodezno horizontal con la estructura de hierro y los cangilones de madera,
llega hasta la bocana de la presa o saetillo, donde toma el agua procedente del
cauce del río “La Beceda”.
Posiblemente en la reforma del siglo XIX, fue incorporado con la piezas de metal del fabricante Guilliet et Fills, y la madera, de buen "Pino Soria" de la Comarca, -no obstante- la historia de estos artilugios se sumerje hasta la época romana.
Figuran en los
escritos de la antigua Roma y de hecho se los denomina como: "molinos vitrubianos de tipo
aceña" en honor a Marco Vitruvio Polión. Este arquitecto vivió en el siglo I a.c. y estuvo al
servicio primeramente de Julio César y después con Augusto, como arquitecto e ingeniero
militar, alcanzando la fama por la obra titulada "De Architectura"; la obra consta de 10 libros en los que recopila la
teoría arquitectónica de los griegos y establece una serie de principios que
deben guiar a cualquier obra de arquitectura, tales como la Belleza
(Venustas), la Firmeza (Firmitas) y la Utilidad (Utilitas), principios que en
la práctica, deben equilibrarse para evitar que alguno destaque excesivamente sobre
los otros.
El libro X lo dedica a obras de
ingeniería y es en este libro, concretamente en el número II del capítulo V
donde describe el molino hidráulico, en la variedad conocida como aceña.
En el
Renacimiento, siglos XV y XVI, la obra de Vitruvio fue muy difundida y
traducida, siendo una extraordinaria fuente de inspiración e información para
los arquitectos de esa época.
Sobre los molinos vitruvianos cuenta lo
que sique en, De Architectura, Liber X, Caput Quintum:
Fiunt etiam in fluminibus rotae eisdem rationibus, quibus
supra scriptum est. Circa earum.......................... siendo su traducción:
Se instalan también en los ríos ruedas de las mismas características
descritas antes. En torno a estas ruedas
se fijan unas aletas que, cuando son golpeadas por el ímpetu de la corriente,
avanzando obligan a la rueda a girar y de esta manera cogiendo el agua con unos
cangilones y llevándola a lo alto sin esfuerzo humano giradas por la fuerza
misma de la corriente ofrecen lo que se necesita.
Giran de la misma manera las aceñas, en las cuales todo es
igual, excepto que en un extremo del eje se ha engarzado una rueda dentada.
Ésta se coloca perpendicularmente y gira juntamente con la turbina y de
la misma manera. Al lado de la rueda dentada se coloca otra rueda dentada mayor
y plana, en la cual se encaja. De esta manera los dientes de la rueda engarzada
en el eje, impulsando los dientes de la rueda plana obligan a que se haga el
giro de las muelas.
Visto este comentario que viene al paso y
volviendo a la instalación, el rodezno se encuentra fijado a la estructura de
hormigón antes comentada de los años 1950-1960.
Su centro de giro se encuentra unido con
un eje macizo, que conecta ruedas dentadas y transmisiones de poleas variadas,
trasladando el movimiento de la rueda movida por el agua, tanto al molino
harinero de la parte superior, como a la sierra de volantes de la sala y a otra
de las joyas que se pueden encontrar en esta instalación: Un afilador de
sierras de cinta del que ya en un post anterior hablamos larga y tendidamente. En cualquier caso os cuelgo el enlace por si lo queréis de nuevo visitar: Afilador de Sierra
Las ruedas dentadas
de transmisión, son muy características ya que una es de hierro fundido
completa (dientes incluidos) y su homónima también metálica, pero los dientes
son de madera.
La finalidad de los mismos me pregunté?, a lo cual Marcelo despejó mi inquietud:
Ante la imposibilidad de controlar
totalmente la velocidad de giro proporcionada por el rodezno, y no disponer de
un "embrague" que la pudiera en un momento determinado -hacer que el
mismo gire en vacío-, para evitar que los ejes se sobrecargaran y incluso pudieran
llegar a doblarse, los dientes de madera hacían el efecto de
"fusible" de seguridad, partiéndose en el momento de la sobrecarga de
movimiento. Una vez la máquina se encontraba de nuevo en reposo eran fácilmente
sustituidos por otros nuevos.
Tanto la ruedas dentadas como las de
transmisión parece que como la sierra de cinta, el afilador y parte de la
sierra de volantes fueron fabricadas por la empresa Guilliet & Fills de
Auxerre (Francia) o bajo patente o copia de las mismas. Esta empresa fue fundada
en 1847 y hasta la mitad del siglo XX, fabricó maquinaria para carpintería de
gran calidad.
La última
"innovación" que nos encontramos es un motor diesel estacionario de 7 Cv., de
la marca "MATACAS". Fue fabricado por la empresa del mismo nombre, en Sant Feliú de Guisols (Barcelona) en los años 50, y vino a
sustituir a la antigua locomóvil de vapor en los años 50, dando el paso del motor de vapor al de combustión interna.
Aquí termino la descrición de esta maravilla etnográfica, en el cual
hemos encontrado una simbiosis de piezas de diversa factura tanto nacional como
extranjera, que unidas forman un conjunto etnográfico-pre-industrial, de una calidad sobresaliente.
Obviamente durante el estudio he tenido que rellenar algunos "huecos", para intentar darle dimensión al relato, no obstante no existe ningún contenido que no pueda ser debatido o modificado por lo que en esta historia incompleta puede participar cualquiera que lo desee, enviando un correo electrónico.
No obstante quiero finalizar esta pequeña
historia con una hipótesis de conclusión: A falta de más datos, que nos den un
poquito mas de luz sobre la historia del molino anterior a 1850, es posible que
la restauración que hizo Felipe Rupérez, se hiciera en base a la sustitución de
un antiguo aserradero de pata, cuya antiguedad no se puede documentar.
Bibliografía:
http://www.romangordo.info/miscelan/molinos/mol_ace.htm
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k408626t
http://geonopia.com/2011/03/31/el-primer-censo-moderno-el-catastro-de-ensenada/
Agua, máquinas y hombres en la España preindustrial Escrito por Iván Vélez Cipriano
http://almadeherrero.blogspot.com.es/2011/11/empresas-metalurgicas-barcelonesas.html
http://www.cochesmas.com/motores-diesel-evolucion-e-historia.html
http://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/imagen.cmd?path=507502597&posicion=1
http://diariosalamanca.blogspot.com.es/2005/08/moneo-hijo-y-ca.html
http://www.barcelonarutas.com/?p=1186
http://naucher.blogspot.com.es/2009/03/la-vida-de-marino-ii-los-talleres-nuevo.html
http://www.mmb.cat/centre_informacio.php?idm=2&pagina=5&codi_subseccio=53&codi_plana=411&estic=2
http://franciscojdelys.blogspot.com.es/2011/03/talleres-nuevo-vulcano.html
http://pares.mcu.es/Catastro/